Apreciado Presidente,
No creemos que haya ahora mismo una sola persona en España que no se levante por las mañanas sin preguntarse cómo será la vida cuando todo esto acabe. En lo económico, en lo social, en todos los ámbitos, hemos empezado a asimilar que habrá un antes y un después tras esta crisis sanitaria. La incertidumbre se ha convertido en costumbre en una sociedad ávida de datos fiables, de certezas, y ahora más que nunca se hace necesario defender el papel de lo público, los conocidos como datos oficiales.